¿Cómo domesticar a un jerbo?

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Resumen

    La paciencia es la clave para domesticar a tu jerbo. Más allá de este rasgo esencial, debe demostrar metodología. Deben seguirse varios pasos. Te damos las claves para una doma suave y con la recompensa de un magnífico contrato a la llegada.

    Entendiendo a tu jerbo

    Es un roedor diurno . Por tanto, no debes molestarla durante buena parte del día, donde le gusta descansar. El malestar en la jaula con malas horas lleva a degradar tus relaciones. Así, te enfocarás en observarlo durante el día y tratar de domarlo temprano por la mañana y especialmente por la noche.

    Otros momentos del día no son propicios para molestarla, especialmente cuando se rasca, se limpia o come.

    En general, su jerbo es curioso, inofensivo, social, muy inteligente. Prefiere la vida comunitaria a estar sola en una jaula.

    Tu jerbo cavará mucho dentro de su jaula. Es un comportamiento natural. Además, también puede levantarse sobre sus piernas y luego ponerse de pie. Ella simplemente está al acecho. Ella puede pararse en esta posición para reclamar también una golosina.

    Las etapas de la domesticación

    • El descubrimiento

    Tras la adopción, su jerbo descubre un nuevo entorno , una atmósfera hasta ahora desconocida. Debe tomarse el tiempo para acostumbrarse, para descubrir cada rincón y grieta de su jaula, para mirar hacia afuera.

    De hecho, cuando coloques a tu jerbo por primera vez dentro de su hábitat, déjalo en paz durante unos días. Tomará sus hábitos, empezará a cavar, a andar por las tuberías, a hacer unas vueltas de rueda y por supuesto, a comer y dormir.

    • El enfoque

    Después de 48 a 72 horas, puede establecerse temprano en la noche junto a su jaula. Le hablas con calma, lo llamas por su nombre. Esto la ayudará a que se acostumbre a su presencia a su lado y al sonido de su voz.

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    • Mano en la jaula

    Sumerja su mano en su arena y luego déjela estirada en la jaula. Puedes agregar un poco de semillas en el hueco. Tu jerbo lo olerá , absorberá su olor . Ella podría morderte inadvertidamente. No hay maldad. Repite este gesto durante varios días.

    Por la fuerza te ganas su confianza. Quizás deje una pata para venir y agarrar una semilla, luego 2, luego se posará allí por completo. En este punto, puedes intentar sacarla suavemente de su jaula.

    Importante : si se retira, debes dejarla ir. No lo fuerce a quedarse en su mano. Ella aún no está lista.

    • Sácala de su jaula

    La confianza se ha instalado. Cada vez que pongas la mano en su jaula, tu jerbo se acomodará cómodamente allí. Para sacarlo de su hábitat, hazlo con delicadeza. No intente ponerla sobre su hombro, ya que podría asustarse y caerse de una altura. Con cuidado, llévala a una superficie donde puedas sentarte y dejarla a tu lado. Un sofá por ejemplo. Evolucionará sobre él y vendrá en tu ropa, en tu mano, como le plazca.

    ¿Y si la domesticación no funcionó?

    Solo hace falta una confianza rota para empezar de nuevo, con más dificultad que al principio. En realidad, debes cuestionar la forma en que te acercas a tu jerbo. Puede estar mostrando torpeza, brutalidad. Una vez más, la paciencia es la clave.

    En resumen

    Domar a tu jerbo es normalmente una formalidad. Es un roedor muy amable, curioso, cariñoso, vivaz e inteligente. Sobre todo, disfruta de la compañía de sus compañeros y de la suya una vez que se establece la confianza.

    Debes ser paciente, organizado, cuidadoso y sensible. Estas 4 palabras evitarán que te pierdas la domesticación y tengas que empezar de nuevo.

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