El perro para salvar las estepas y las tradiciones mongolas

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En Mongolia, el desierto gana terreno en las estepas en un contexto de conflicto permanente entre pastores y lobos. El proyecto del perro Bankkhar de Mongolia tiene como objetivo aliviar estas tensiones y, a su vez, la desertificación desenfrenada mediante la promoción de la cría de una raza de perro local.

Cuando te enfrentas a un mastín tibetano , inmediatamente comprendes que estás tratando con un perro criado para proteger . Imponente , dotado de un carácter fuerte , protegió eficazmente los monasterios tibetanos. También fue utilizado tradicionalmente por pastores nómadas en Mongolia, donde se llama Bankhar . Una tradición que, sin embargo, se ha marchitado, especialmente en la era soviética durante la cual el desplazamiento de poblaciones y el sedentarismo en las ciudades dejaban poco espacio para un perro de tal estatura.

Poco a poco, los pastores abandonaron el Bankhar en favor de las armas de fuego . Al utilizar este último, los pastores han librado una guerra sin piedad contra los lobos y los leopardos de las nieves , los principales depredadores , sacrificándolos masivamente mientras aumentan sus rebaños para compensar las pérdidas debido a los ataques. Y obviamente, cuantos más animales hay, más pastan , lo que acelera la desertificación de las estepas de Mongolia. Un fenómeno que se ha extendido en la actualidad y está causando gran preocupación , especialmente entrebiólogos .

Entre ellos se encuentra Bruce Elfström , fundador del Mongolian Bankkhar Dog Project . Este proyecto consiste en devolver su lugar al mastín tibetano local, el perro Bankhar, entre los pastores. El objetivo es que prefieran el cuadrúpedo disuasorio a las armas para mantener a raya a los depredadores y reducir el tamaño de sus rebaños , informa Le Devoir .

Bruce Elfström hizo construir una perrera Bankhar en 2013. Los perros que provenían de ella ya se han entregado a familias mongolas, que “ han visto una reducción del 85 al 100% en las pérdidas de animales a manos de los grandes depredadores de Mongolia ”, dice. Unos resultados alentadores para el iniciador del proyecto, que espera dejarlo algún día en manos de los lugareños. El objetivo: conseguir que los propios pastores críen a sus perros y contribuyan activamente a la preservación del frágil ecosistema en el que evolucionan.

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